El abogado procesalista debe responder a las aspiraciones sociales en la administración de justicia, su intervención eficiente debe agilizar los procesos, humanizar la justicia misma, equilibrar las desigualdades sociales y con su concurso imprescindible, alcanzar la armonía social. El experto procesalista debe facilitar la inmediación, concentrar las actuaciones, economizar y agilizar los procedimientos y recursos para lograr una administración de justicia pronta, eficaz y cumplida; para lo cual requiere revaluar los procedimientos heredados de la escrituralidad y cambiar las formas de hacer las cosas judiciales, adoptar aptitudes proactivas, erradicar la inmodificabilidad de instituciones procesales llenas de garantías meramente formales.
El profesional especialista debe poseer capacidad para resolver problemas concretos en la materia, de investigación y producción de conocimiento en el área, competente en logros bibliográficos y hermenéuticos, en su campo y con posibilidad de entender los conocimientos básicos de las ciencias correlacionadas con su especialización.
Deberá ser un especialista con excelente redacción y expresión oral en la lengua española, con capacidad crítica acerca de las leyes vigentes, que sepa discernir la justicia y el derecho que va implícito en cada ley, que entienda la sociedad colombiana en que vive, comprometido con el respeto a los Derechos Humanos, y la dimensión espiritual de hombre ético y político capaz de confrontar la corrupción que se presenta en su ejercicio profesional, solidario con sus colegas, con las autoridades legalmente constituidas y con la comunidad colombiana.
Además, capacitado en el uso y manejo de las nuevas dimensiones del cambio (Oralidad y proceso de estirpe acusatorio) y de la transformación del conocimiento y abierto permanentemente al aprendizaje.
